Fue espectacular la entrada de los novios por el portón de piedra, mientras sonaban las gaitas y los invitados esperaban ya, en los jardines del Pazo. La novia iba deslumbrante con su vestido de 6éme Galerie.
Luego el aperitivo en el patio, un rincón especial, rodeado de la antigua muralla y coronado por el cabanote. Al final del patio, si uno miraba entre los invitados, se podía ver la puerta grande de madera, que se abre a la Chousa, ese bosque misterioso de eucaliptos y helechos.
El aperitivo y la comida, servidos por Boketé, eran una mezcla de la gastronomía tradicional gallega con nuevos sabores, en una combinación realmente especial. Me sorprendieron los centros de las mesas, en unas vasijas en tono verdoso de alfarería de Buño, unos ramos que mezclaban hortensias, con buganvillas, hojas de eucalipto… Todo flores silvestres, todas diferentes, pero combinadas con un gusto y cuidado, que despertaban la sensibilidad de cualquiera.
Y después de la comida… llego el momento del baile, de las risas… El baile en el cabanote de piedra con las vigas de madera e iluminado de forma que deja intuir pero no deslumbra, la música de MasMusic que acompañaba respetando los ritmos de los invitados, el rincón de chill-out decorado por Integra Complementos…Todo esto junto fue el mejor final para una boda diferente e inolvidable.
Fotos de Paula Franco
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